domingo, 6 de noviembre de 2011

El propósito de tu vida 1

Tu vida tiene un propósito interior y un propósito exterior. El propósito interior se refiere al Ser y es primario. El propósito exterior se refiere al hacer y es secundario.

El propósito verdadero o primario de tu vida no se puede encontrar en el nivel exterior. No tiene que ver con lo que haces, sino con lo que eres, es decir, con tu estado de conciencia.

La acción, aunque es necesaria, es solo un factor secundario en la manifestación de nuestra realidad exterior. El factor primario en la creación es la conciencia. Por muy activos que seamos, por mucho que nos esforcemos, nuestro estado de conciencia crea nuestro mundo y, si nada cambia en ese nivel interior, da lo mismo cuánta acción apliquemos. No haremos más que recrear versiones modificadas del mismo mundo, una y otra vez, un mundo que es un reflejo exterior del ego.

Cuando has percibido un atisbo de conciencia o de Presencia, lo sabes de primera mano. Ya no es solo un concepto que está en tu mente. Entonces puedes tomar la decisión consciente de estar presente en lugar de abandonarte al pensamiento inútil. Puedes invitar a la Presencia a tu vida, es decir, crear espacio. Con la gracia del despertar viene la responsabilidad. Puedes intentar seguir como si nada hubiera ocurrido, o puedes apreciar su importancia y reconocer la emergencia de la conciencia como lo más importante que puede ocurrirte. Abrirte a la conciencia emergente y traer su luz a este mundo se convierte entonces en el propósito primario de tu vida.

Eckhart Tolle

sábado, 5 de noviembre de 2011

Espacio interior 12


Hay otra manera de encontrar el espacio interior: sé consciente de que eres consciente. Di o piensa “soy”, y no añadas nada. Sé consciente de la quietud que sigue al “soy”. Siente tu presencia, el Ser desnudo, sin velos, sin vestiduras. Al Ser no le afectan la juventud o la vejez, la riqueza o la pobreza, lo bueno, lo malo ni ningún otro atributo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Espacio interior 11


Si no te pasas toda tu vida descontento, preocupado, ansioso, deprimido, desesperado o consumido por otros estados negativos; si eres capaz de disfrutar de cosas simples, como escuchar el sonido de la lluvia o el viento; si puedes apreciar la belleza de las nubes que cruzan el cielo, o estar a solas en ocasiones sin sentirte solo ni necesitar el estímulo mental de una diversión; si puedes tratar a un completo desconocido con amabilidad sincera sin desear nada de él… eso significa que se ha abierto un espacio, aunque sea por poco tiempo, en el casi siempre incesante torrente de pensamiento que es la mente humana. Cuando esto ocurre, hay una sensación de bienestar, de paz viva, aunque pueda ser sutil. La intensidad variará desde una sensación de contento que apenas se nota allá en el fondo, hasta lo que los antiguos sabios de la India llamaban Ananda, la felicidad del Ser. Como se te ha condicionado para que solo prestes atención a la forma, probablemente no serás consciente de ello, si no es indirectamente. Por ejemplo, existe un elemento común en la capacidad de ver la belleza, de apreciar las cosas simples, de disfrutar con la propia compañía o de relacionarse con otras personas con amabilidad y cariño. Este elemento común es una sensación de bienestar, paz y vitalidad que es el fondo invisible sin el cual estas experiencias no serían posibles.
Allí donde haya belleza, amabilidad, apreciación de la bondad de las cosas simples de la vida, busca dentro de ti mismo el fondo de esa experiencia. Pero no lo busques como si estuvieras buscando una cosa. No puedes localizarlo y decir “ya lo tengo”, ni agarrarlo mentalmente y definirlo de algún modo. Es como el cielo sin nubes: no tiene forma. Es espacio, es quietud, es la dulzura del Ser, e infinitamente más que esas palabras, que son solo indicadores. Cuando eres capaz de sentirlo directamente dentro de ti, se acentúa. Así que cuando aprecies algo simple- un sonido, una imagen, un tacto-, cuando veas belleza, cuando sientas cariño por otra persona, siente la espaciosidad interior que es la fuente y el fondo de esa experiencia.

domingo, 6 de febrero de 2011

Espacio interior 10


Cuando oyes hablar del espacio interior, puede que empieces a buscarlo; pero como lo estás buscando como si buscaras un objeto o una experiencia, no puedes encontrarlo. Este es el problema de todos los que buscan la realización espiritual o la iluminación. Por eso dijo Jesús: “El reino de Dios no llegará con señales visibles, ni podrá decirse “helo aquí, o allá”, porque el reino de Dios está dentro de vosotros”.

miércoles, 26 de enero de 2011

Espacio interior 9


El mayor impedimento para descubrir el espacio interior, el mayor impedimento para encontrar al experimentador, al Yo Soy sin forma, es quedar tan subyugado por la experiencia que te pierdas en ella. Eso significa que la conciencia se pierde en su propio sueño. Te dejas arrebatar por cada pensamiento, por cada emoción y por cada experiencia, hasta un grado tal que en realidad estás en un estado de ensoñación. Este ha sido el estado normal de la humanidad durante miles de años.

domingo, 16 de enero de 2011

Espacio interior 8


La conciencia del espacio tiene poco que ver con estar “colocado”. Ambos estados están fuera del pensamiento. Eso es lo que tienen en común. Pero la diferencia fundamental es que en el primero te elevas por encima del pensamiento; en el segundo, caes por debajo. El primero es el paso siguiente en la evolución de la conciencia humana; el otro es una regresión a una fase que dejamos atrás hace miles de años.

lunes, 10 de enero de 2011

Espacio interior 7


Siempre que estás molesto por un suceso, una persona o una situación, la verdadera causa no es el suceso, la persona o la situación, sino la pérdida de la auténtica perspectiva, que solo el espacio puede proporcionar. Estás atrapado en la conciencia de los objetos, inconsciente del espacio interior intemporal de la conciencia misma.

martes, 4 de enero de 2011

Espacio interior 6


Nota la sensación de respirar. Siente el movimiento del aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Percibe cómo se dilatan y contraen el pecho y el abdomen al inhalar y exhalar. Una respiración consciente es suficiente para crear un poco de espacio donde antes solo estaba la sucesión ininterrumpida de un pensamiento tras otro. Una respiración consciente (dos o tres serían aún mejor), realizada muchas veces al día, es un modo excelente de aportar espacio a tu vida. Aunque estuvieras meditando sobre la respiración durante dos o más horas, como hacen algunas personas, con una respiración basta para ser consciente de ello; en realidad, no vas a ser consciente de más. El resto es recuerdo o anticipación, es decir, pensamiento. Respirar no es algo que tú haces, sino algo que presencias mientras ocurre. La respiración ocurre por sí misma. La lleva a cabo la inteligencia interior del cuerpo. Tú solo tienes que observar cómo ocurre. No se requiere ningún esfuerzo. Fíjate además en la breve interrupción de la respiración, particularmente en ese punto muerto después de exhalar, antes de empezar a inhalar de nuevo.